RESEÑA:
En el momento de la primera consulta en el Hospital Veterinario Cantabria, Elliot era un cachorro de Labrador, macho, de 30 kg y 7 meses de edad. Las vacunas y desparasitaciones las tenía correctamente aplicadas y su alimentación era la apropiada.
MOTIVO DE LA CONSULTA Y ANAMNESIS:
Elliot había empezado a cojear de repente de la extremidad anterior izquierda hacía una semana, sin que hubiera habido ningún traumatismo. Y a pesar de haber recibido un tratamiento de antiinflamatorios y reposo, no se le terminaba de pasar.
EXPLORACIÓN:
No se detectó ninguna alteración en la exploración general.
Evaluación de la marcha: Cojera grado 2.5/5, es decir que, aunque apoyaba y cargaba peso en esa extremidad, era menos que en la contraria. Por lo que se notaba un cabeceo al andar.
Exploración ortopédica: Presentaba un dolor leve a la exploración del codo izquierdo, con efusión articular en la zona lateral. Y también dolor leve en hombro derecho, seguramente por sobrecarga.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS:
Previamente a la consulta con la especialista, lo habían valorado en su clínica habitual, y en las radiografías habían visto signos sugerentes de una posible displasia de codo (esclerosis cubital en la zona de la apófisis coronoidea medial).
Por eso, tras la exploración física, y para tener un diagnóstico más preciso del estado de ambos codos, se realizó un nuevo estudio radiológico completo.
Además de una TC (Tomografía Computerizada) donde se confirma la displasia de codo izquierdo con incongruencia y enfermedad coronoidea medial
TRATAMIENTO:
Se propone inicialmente uno quirúrgico consistente en una artroscopia para evaluar el estado de los cartílagos y proceder a realizar la coronoidectomía y después un nuevo abordaje para realizar la osteotomía cubital proximal.
Se organiza todo para realizarlo a la semana siguiente.
DESCRIPCIÓN DE LA CIRUGÍA:
Artroscopia codo:
Dejando a un lado los tecnicismos, se trata de mirar el interior de la articulación con una cámara muy pequeña. A través de otra pequeña incisión (canal de trabajo) se introducen los instrumentos necesarios para explorar dicha articulación y tratar (raspadores, pinzas, etc.) las patologías detectadas gracias a la visualización directa a través de la cámara.
En el caso de Elliot, se observó el estado del cartílago articular, y pudo extraerse el fragmento de hueso (apófisis coronoidea) que le molestaba y le producía dolor y la cojera.
Osteotomía cubital proximal doble-oblicua:
Consiste en realizar un corte en el cúbito, cerca del codo, de tal manera que cuando el animal vuelve a apoyar, se produce un mejor acomodo entre los huesos de la articulación: se disminuye la diferencia de altura entre el radio y el cúbito y descargar la zona medial para minimizar el desgaste anormal de los cartílagos de esa zona.
Tras la cirugía se aplicó un vendaje compresivo para estabilizar la osteotomía de cúbito y se prescribió tratamiento antibiótico y antiinflamatorio durante 10 días.
EVOLUCIÓN:
Tras una artroscopia, al ser una técnica de mínima invasión, nuestros pacientes tienden a recuperarse en unos días sin muchas complicaciones.
No así con la osteotomía (corte en el hueso), que, al realizarse cerca de la articulación en este caso, y dejarse sin fijar los fragmentos, es inestable y puede dar problemas como no uniones, infecciones, dolor y otras.
Para minimizar las complicaciones se fue revisando a Elliot semanalmente al inicio para realizar los cambios de vendaje.
Éstos se realizan bajo sedación, lavando con jabón antiséptico toda la extremidad, y curando la incisión quirúrgica y zonas cutáneas alteradas por la presencia de la venda.
Además, se aprovechaba para valorar los rangos de movilidad de las articulaciones inmovilizadas.
Al mes de la intervención, se realizaron las primeras radiografías de control en ellas pudimos comprobar la mejora en la congruencia de la articulación y se retiró el vendaje definitivamente.
A los 2 meses de la intervención, la evolución de nuestro paciente sigue siendo buena. Se realizan nuevas radiografías en las que podemos ver que el engrosamiento en la zona de la osteotomía se ha reducido a la mitad, pero presenta una buena osificación. Elliot continua con inflamación articular. Es el momento de iniciar las sesiones de fisioterapia y rehabilitación.
A los 3 meses de la intervención, sigue mejorando, apenas se nota la cojera, la movilidad es muy buena y la inflamación articular es menor que en la anterior revisión. Ya hace vida libre y sigue con la fisioterapia.
A los 6 meses de la intervención, nos informan desde su clínica habitual que Elliot está muy bien, no presenta cojera y hace una vida completamente normal.
Estas son sus radiografías en ese momento:
LA DISPLASIA DE CODO:
La displasia se define como una anomalía en el desarrollo.
En el aparato locomotor, la de cadera es de la que típicamente se ha descrito más, ya que llegó a estar muy extendida en ciertas razas como el Pastor alemán, Retrievers, Mastines y muchas otras razas medianas y grandes.
En el caso de la afectación del codo, aunque quizá no es tan conocida, en la clínica diaria cada vez se ven más casos.
La consecuencia de esta alteración en el desarrollo, es una articulación de 3 huesos (húmero, radio y cúbito) donde la congruencia no es adecuada: los huesos no encajan bien, o alguna parte de ellos o no está bien unida al resto (por ej. el NUPA -no unión del proceso ancóneo-) o su osificación es anormal (OCD -osteocondritis disecante-).
Es por esto que esta patología tiene formas de presentación muy variadas, ya que pueden presentar uno o varios problemas a la vez, en una o las dos extremidades.
PUNTOS CRÍTICOS:
Diagnóstico precoz:
Al ser una enfermedad del desarrollo, ante los primeros signos de apoyo anormal o cojera, sobre todo en una raza predispuesta, hay que acudir al veterinario. Y en caso de duda, al especialista.
¿Por qué?
Porque la ventana de tiempo en el que la cirugía puede tener un efecto muy positivo en la evolución de la patología a largo plazo es muy corta. Es decir, hay muchos casos que si se diagnostican entre los 5-7 meses de edad y son candidatos a intervención quirúrgica, (como el caso de Elliot) a esta edad, se puede mejorar la congruencia articular, enlenteciendo significativamente el avance de la enfermedad degenerativa articular. Pasada esta edad, el beneficio de la cirugía (osteotomías cubitales) no es tan claro.
Es una de esas patologías, que es mejor detectar/descartar pronto, no esperar a ver cómo evoluciona la cojera con tratamiento conservador, ya que puede desaparecer la cojera inicial, y volver a aparecer cuando la patología haya avanzado demasiado, o el paciente sea demasiado mayor y la actuación quirúrgica no sea una opción.
Diagnóstico por imagen:
Con la radiología convencional, ya se puede diagnosticar la displasia de codo en muchos casos, e intuirla en los más leves, pero a la hora de proponer y planificar una intervención traumática, cuanto más detallado y certero sea el diagnóstico, mejor. Siempre se realiza como primera aproximación.
La Tomografía Computerizada (TC o Escáner) es hoy día el mejor método para el diagnóstico no invasivo de la displasia de codo. Nos permite ver con claridad los problemas óseos más sutiles (sobre todo del coronoides medial y las OCD -osteocondritis disecantes-), así como algunos tipos de incongruencia. Es más sensible que la radiología convencional.
La artroscopia es otra técnica de diagnóstico más, complementaria a las anteriores y la mejor para valorar el estado de los cartílagos articulares, que no se ven ni en el TC. Además, permite el tratamiento de algunas lesiones (fragmentación del coronoides medial, OCD) de manera mínimamente invasiva.
En casos ya avanzados de la patología, en los que puede ser interesante una cirugía para modificar el eje de carga (SHO sliding Humeral Osteotomy, PAUL -Proximal Abducting Ulnar Osteotomy), también se realiza de manera preoperatoria.
Tratamiento individualizado:
Hay múltiples opciones según el paciente y las características concretas de la displasia que presente, tipo de incongruencia, presencia o no de enfermedad del coronoides medial, apófisis ancónea no unida (NUPA), osteocondritis del cóndilo humeral (OCD), etc.
Es el veterinario especialista quien mejor puede recomendar en cada caso concreto las técnicas a aplicar.
Seguimiento:
La displasia de codo es una patología que va a acompañar al animal toda su vida.
El tratamiento para minimizar los signos clínicos de la Enfermedad Degenerativa Articular (EDA) que inevitablemente se producirán en esa articulación es muy importante.
Éste irá evolucionando según avance la enfermedad y se compondrá de fármacos analgésicos y antiinflamatorios, condroprotectores, sesiones de fisioterapia…
Los servicios especializados en ortopedia pueden ayudar al clínico general a ajustarlo, o dar otras alternativas, llegados momentos de estancamiento.