Hospital Veterinario Cantabria

Caso Clínico: fractura diafisaria femoral en gatos. El caso de Seiya

Los gatos presentan frecuentemente fracturas en las extremidades.

Estas fracturas suelen ocurrir debido a un traumatismo importante, por ejemplo, como consecuencia de accidentes de tráfico, caídas de los balcones o ventanas y heridas por mordeduras de perro.

La prioridad es garantizar que el paciente se encuentre bien sistémicamente tras el accidente, antes de embarcarse en cualquier tratamiento quirúrgico.

Cada fractura requiere un planteamiento individualizado y específico para terminar en un buen retorno a la función normal de la extremidad.

Caso de Seiya

Seiya es un gatito naranja. Un macho joven que, a la edad de 4 meses, se cayó por el balcón. Acudió a un centro de urgencia, donde le estabilizaron y colocaron un vendaje por una posible fractura de fémur.

Su veterinario habitual, al verle el día siguiente porque acusaba mucho dolor, le mandó de inmediato a nuestro hospital, donde le ingresamos, retiramos el vendaje y propusimos tratar la fractura de forma quirúrgica.

Una vez que se consideró que el animal estaba estable y se le podía manipular con seguridad, se le realizó un examen ortopédico completo.

Dicho examen consiste en una palpación cuidadosa y sistemática de las cuatro extremidades y la columna, examinando generalmente en último lugar la extremidad afectada. Con frecuencia, la palpación por sí sola puede aislar el área lesionada identificando dolor, hinchazón, derrame, inestabilidad en los ligamentos o fracturas (como en nuestro caso la fractura de fémur).

Las imágenes radiográficas con vistas ortogonales son esenciales para la determinación precisa de la configuración de la fractura. También se recomienda tomar radiografías preoperatorias del miembro contralateral para compararlas. Las radiografías de la extremidad contralateral también pueden ayudar con la planificación prequirúrgica, incluida la selección de implantes, el contorneo previo de las placas y la alineación de la extremidad.

La fractura de Seiya según clase A.O. VET es una fractura de tipo 3 2 A 2, una fractura de fémur diafisaria media simple oblicua reducible.

El día 18 de agosto a Seiya se le intervino quirúrgicamente, con la técnica PLATE-ROD.

En nuestro caso, utilizamos una placa de bloqueo de 2,0 mm de titanio y tornillos de bloqueo de titanio de tipo PAX (bloqueo poliaxial) opción útil, ya que permite la inserción poliaxial de tornillos, lo que significa que pueden inclinarse para evitar espacios articulares, estructuras anatómicas (líneas de crecimiento en nuestro caso) o la misma aguja IM colocada previamente junto con 3 cerclajes de sutura polidioxanona de 0.

Tras la cirugía, Seiya fue dado de alta con indicaciones estrictas de reposo en jaula con espacio reducido, pudiendo salir 2-3 veces al día, sin acceso a la calle o a rascadores. 

Siempre recomendamos el reposo estricto tras las cirugías traumatológicas en gatos y perros para una mejor y temprana recuperación.

Como protocolo postquirúrgico se le administró antibiótico Cefadroxilo 20 mg/kg cada 24 horas durante 10 días, y antiinflamatorio Meloxicam 0,05 mg/kg cada 24 horas durante 10 días.

Seguimiento radiográfico de Seiya

A las 4 semanas posoperatorias, Seiya se presenta en la consulta, clínicamente apoyando muy bien, con leve cojera todavía, pero muy animado.

Tras las radiografías se observa una muy buena evolución de la osificación, pero se dan indicaciones de reposo todavía en su domicilio, aunque un poco menos estricto aumentando poco a poco el tiempo de libertad fuera del recinto de reposo hasta el próximo mes.

Tras otro mes largo para Seiya, vuelve a la consulta, 8 semanas tras su cirugía, para ver la evolución del callo óseo y de la cojera que seguía presentando.

Clínicamente ya no presentaba cojera, y en las radiografías se podía observar un callo óseo estable.

Se le comenta que podría aumentar los tiempos libres por casa, aunque seguimos sin dejar que haga vida normal todavía.

Transcurridos los 5 meses tras su cirugía, Seiya vuelve a la consulta para su última revisión.

Clínicamente está muy bien, haciendo ya vida normal.

Tras las radiografías, se observa una buena remodelación y crecimiento óseo.

Fracturas femorales

Las fracturas femorales son comunes en los gatos y representan del 20 al 26% de todas las fracturas.

Las fracturas diafisarias de fémur siempre requieren estabilización quirúrgica y la reparación quirúrgica no debe retrasarse demasiado, ya que los pacientes pueden desarrollar contractura del cuádriceps en presencia de contusión o laceración muscular.

La estabilización de estas lesiones es la mejor forma de analgesia, por tanto, la reducción logrando una alineación y longitud satisfactorias de las extremidades debe realizarse tan pronto como se considere que el gato está estable para el procedimiento anestésico.

Muchos tipos de implantes son adecuados para la reparación de fracturas y cada uno tiene sus propias indicaciones y contraindicaciones.

La toma de decisiones debe adaptarse al paciente en función de lo siguiente:

  • Factores mecánicos: evaluación biomecánica de la fractura.
  • Factores biológicos: gravedad del traumatismo concurrente de tejidos blandos y edad y salud general del paciente.
  • Factores clínicos: temperamento del paciente y la conformidad del propietario.

En general, existen varios sistemas aplicables para la estabilización de fracturas de fémur diafisarias: una placa ósea y tornillos, una placa ósea y una aguja centromedular (plate rod), 2 placas ortogonales, fijadores esqueléticos externos (ESF) tipo TI IN y clavos cerrojados.

Se pueden utilizar también dispositivos complementarios, como: tornillos de compresión, tornillos neutros, alambres, o sutura de cerclaje, pero sólo en combinación con uno o más de los sistemas básicos.

Técnica quirúrgica

A continuación, vamos a detallar las características de la técnica quirúrgica utilizada en este caso para la resolución de la fractura.

La estabilización plate-rod es una técnica de fijación en la que se utiliza una aguja intramedular (IM) en combinación con una placa.

La forma recta de la diáfisis femoral en gatos hace que esta técnica sea especialmente adecuada.

La aguja IM se utiliza como dispositivo de reducción para alinear los fragmentos principales de la fractura antes de aplicar la placa.

La aguja protege el fémur contra fuerzas de flexión y reduce la tensión sobre la placa, mientras que la placa resiste el colapso axial, la rotación, el cizallamiento y la flexión.

El sistema placa-aguja se puede utilizar para estabilizar una variedad amplia de fracturas, cuya gravedad varía desde simple transversa hasta las de alta conminución.

Las ventajas de la reconstrucción placa-aguja sobre una placa ósea sola incluyen la simplificación de la reducción de la fractura, el mantenimiento de la alineación espacial, la reducción de la tensión de la placa a lo largo del espacio de la fractura y el aumento de la rigidez del sistema, la cantidad de carga hasta el fallo y el tiempo útil antes de la fatiga de la construcción.

Así mismo el tipo de placa usada en este sistema también es importante, siendo las de bloqueo las que dan una mayor estabilidad, comparadas con las clásicas de DCP (Dinamic Compresion Plate).

Puntos clave críticos a tener en cuenta

Al realizar la fijación se visualiza la diáfisis femoral mediante un abordaje quirúrgico lateral.

Se debe tener cuidado de preservar las inserciones del músculo caudal al fémur a los fragmentos óseos para preservar el suministro de sangre, especialmente a los fragmentos intermedios cuando existen.

Las placas óseas suelen colocarse en la superficie lateral (superficie de tensión) del fémur.

La colocación de un clavo IM se puede realizar de forma normograda o retrograda para el fémur.

Sin embargo, se recomienda encarecidamente la inserción normograda en dirección proximal a distal porque permite un posicionamiento más preciso de la varilla dentro de la fosa trocantérea y el canal medular.

Además, esta técnica reduce la manipulación del sitio de la fractura y preserva mejor el hematoma de la fractura.

Por el contrario, la inserción retrograda se asocia con un mayor riesgo de lesión del nervio ciático, especialmente en gatos.

Para reducir este riesgo con cualquiera de los métodos, el fémur debe estar en aducción y, si se utiliza inserción retrograda, la articulación de la cadera debe mantenerse en máxima extensión.

Es fundamental garantizar una evaluación cuidadosa de la alineación de las extremidades durante la cirugía, ya que la mala alineación rotacional es común.

Las fracturas femorales en gatos tienden a estabilizarse con la retroversión de la cabeza y el cuello femorales, lo que puede provocar una anomalía funcional de la marcha y un riesgo significativamente mayor de luxación rotuliana. Existen diferentes formas de evaluar la alineación intraoperatoriamente, por ejemplo, palpar la posición de la cabeza femoral, evaluar el rango de movimiento de la cadera y alinear la línea áspera en la cara caudolateral de la diáfisis femoral a cada lado de la fractura.

La cresta intertrocantérea y la tróclea femoral también se utilizan como puntos de referencia de los fragmentos proximal y distal, respectivamente.

Las radiografías de control normalmente se toman entre 6 y 8 semanas después de la operación en gatos adultos y 4 semanas después de la operación en gatos jóvenes esqueléticamente inmaduros.

La mayoría de las fracturas cerradas y no complicadas de la diáfisis de animales inmaduros alcanzan la consolidación clínica en 3-5 semanas, mientras que los animales maduros tardan de 6 a 10 semanas.

 Se deben tomar radiografías de seguimiento durante estos períodos de tiempo para garantizar la curación antes de que el animal regrese a su actividad normal.

Bibliografía:

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  4. Spencer A. Johnston, Karen M. Tobias: Cirugía veterinaria de pequeños animales. Vol. 1-2.
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