El deterioro cognitivo en perros y gatos es una de las principales preocupaciones cuando nuestras mascotas alcanzan la etapa senior. A medida que envejecen, pueden experimentar cambios de comportamiento, desorientación o pérdida de hábitos, señales que a menudo pasan desapercibidas en el día a día. Comprender por qué ocurre el deterioro cognitivo, cómo reconocer sus primeros síntomas y de qué forma podemos ayudarles a mantener una buena calidad de vida resulta fundamental para acompañarlos en esta etapa. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber para cuidar de tu perro o gato mayor, con información rigurosa, práctica y cercana.
¿Por qué envejecen los perros y gatos? Entendiendo el proceso de senilidad en mascotas
El envejecimiento es un proceso natural que afecta a todos los seres vivos, incluidas nuestras mascotas. A partir de cierta edad, tanto perros como gatos comienzan a mostrar cambios físicos y de comportamiento que pueden ser sutiles al principio, pero que van acentuándose con el tiempo. Aunque la edad en la que se consideran “senior” varía según la especie y el tamaño, en general, los perros de razas pequeñas y los gatos pueden empezar a envejecer a partir de los 7-8 años, mientras que los perros de razas grandes pueden mostrar signos de edad ya desde los 6 años.
El envejecimiento implica una serie de cambios fisiológicos: disminución de la actividad neuronal, reducción en la producción de neurotransmisores, alteraciones en la circulación sanguínea cerebral y una mayor presencia de radicales libres que dañan las células nerviosas. Estos procesos afectan no solo a la movilidad o a los sentidos, sino también a la capacidad cognitiva y emocional de nuestras mascotas.
¿Cuáles son los síntomas del deterioro cognitivo en perros y gatos mayores?
Detectar el deterioro cognitivo en sus primeras fases es fundamental para mejorar la calidad de vida de nuestros compañeros. Los síntomas pueden variar, pero existen ciertas señales de alerta que nunca deben ser ignoradas:
- Desorientación: Es habitual que el animal se muestre perdido incluso en espacios conocidos, no reconozca miembros de la familia o no recuerde dónde están la cama o el comedero.
- Alteraciones en el ciclo sueño-vigilia: Muchos dueños observan que el animal está más activo de noche, duerme durante el día o sufre insomnio y deambulación nocturna.
- Cambios en la interacción social: Pueden volverse más distantes, perder interés en el juego o, al contrario, mostrar ansiedad si se quedan solos.
- Pérdida de hábitos aprendidos: Volver a orinar o defecar en casa, olvidar órdenes básicas o no acudir a la llamada.
- Disminución de la actividad: Menos ganas de jugar, pasear o explorar, y aumento del tiempo que pasan dormidos.
- Ladridos o maullidos excesivos e inmotivados: En especial durante la noche, como expresión de confusión o ansiedad.
- Alteraciones en la alimentación: Olvidan la localización del agua o la comida, o pierden el interés por el alimento.
Estas señales, especialmente cuando aparecen varias de forma simultánea y progresiva, suelen indicar el inicio de un síndrome de disfunción cognitiva (SDC), un proceso comparable al Alzheimer humano, aunque menos conocido.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de disfunción cognitiva en mascotas?
El diagnóstico del deterioro cognitivo en perros y gatos requiere una evaluación exhaustiva y siempre debe ser realizado por un veterinario especializado. El proceso comienza con una detallada historia clínica, en la que se exploran cambios de comportamiento, rutinas y posibles factores desencadenantes.
A continuación, se realizan pruebas físicas completas y, si es necesario, estudios de laboratorio (hemogramas, bioquímica, análisis de orina) para descartar enfermedades sistémicas que puedan imitar los síntomas del síndrome de disfunción cognitiva (SDC), como problemas renales, alteraciones hormonales, hipertensión o dolor crónico.
El diagnóstico definitivo suele ser clínico, basado en la exclusión de otras patologías y la identificación de patrones conductuales característicos. Las técnicas de diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética o el TAC-Scanner, permiten visualizar posibles lesiones cerebrales y descartar tumores, infartos o hidrocefalia. Este enfoque multidisciplinar es clave para ofrecer a cada paciente el tratamiento más adecuado.
¿Qué opciones existen para tratar el deterioro cognitivo en perros y gatos?
Aunque el síndrome de disfunción cognitiva no tiene cura, existen múltiples estrategias para mejorar el bienestar de las mascotas afectadas y ralentizar la progresión de los síntomas. La intervención debe ser siempre personalizada y multidisciplinar, combinando:
- Alimentación específica: Las dietas enriquecidas con antioxidantes, ácidos grasos omega-3, vitaminas del grupo B y otros nutrientes neuroprotectores han demostrado efectos positivos sobre la función cognitiva.
- Estimulación mental y física: Mantener rutinas de juego, interacción y exploración, así como introducir juguetes interactivos o ejercicios de olfato, contribuye a mantener activas las conexiones neuronales.
- Fármacos específicos: En casos moderados o graves, el veterinario puede prescribir medicamentos como selegilina, que actúa sobre los neurotransmisores cerebrales y puede ralentizar el deterioro.
- Suplementos nutricionales: Existen productos a base de fosfatidilserina, SAMe, extractos de plantas y otros compuestos que apoyan la función cerebral.
- Adaptaciones en el entorno: Facilitar el acceso a comida y agua, evitar obstáculos, usar alfombrillas antideslizantes o reforzar las rutinas diarias minimiza la confusión y mejora la seguridad.
El abordaje debe ser global, implicando a toda la familia, y adaptándose a los cambios que puedan surgir con el tiempo. La empatía y la observación son herramientas fundamentales para detectar cualquier avance o retroceso.

¿Qué puedo hacer en casa para mejorar la calidad de vida de mi mascota mayor?
Cuidar de un perro o gato geriátrico es un acto de amor y compromiso. Más allá de los tratamientos veterinarios, hay numerosas acciones que puedes poner en marcha para que tu compañero disfrute de una vejez digna y feliz:
- Favorecer la predictibilidad: Mantén horarios regulares para las comidas, paseos y juegos. Evita cambios bruscos en el entorno, ya que pueden aumentar la desorientación.
- Estimula los sentidos: Juega con su olfato, utiliza juguetes con diferentes texturas y olores, o cambia de recorrido en los paseos, siempre adaptados a su nivel de energía.
- Refuerza el vínculo emocional: El contacto físico, el cariño y las palabras tranquilizadoras tienen un impacto directo en su bienestar emocional.
- Vigila la salud global: Mantén al día las revisiones veterinarias, la higiene bucodental, el control del dolor y la prevención de enfermedades asociadas a la edad.
- Adapta el entorno físico: Coloca rampas si tiene problemas de movilidad, usa camas ortopédicas y elimina obstáculos o peligros domésticos.
Recordar que cada animal es único y sus necesidades pueden variar enormemente. Observar y escuchar a tu mascota te ayudará a comprender mejor cómo se siente y qué necesita en cada momento.
Preguntas frecuentes sobre deterioro cognitivo y envejecimiento en perros y gatos
1. ¿A partir de qué edad pueden aparecer los primeros síntomas de deterioro cognitivo en perros y gatos?
El deterioro cognitivo puede comenzar a manifestarse en perros y gatos a partir de los 7-8 años, aunque en razas grandes de perros los síntomas pueden aparecer antes. La evolución es muy individual y puede pasar desapercibida en las fases iniciales, por lo que es fundamental observar cambios de comportamiento y consultar ante cualquier duda.
2. ¿Es posible prevenir el deterioro cognitivo en mascotas?
No se puede evitar por completo el envejecimiento cerebral, pero sí es posible ralentizarlo mediante una dieta equilibrada, estimulación mental, ejercicio físico adecuado y revisiones veterinarias periódicas. La detección precoz y la actuación sobre los primeros síntomas son clave para mejorar el pronóstico.
3. ¿El deterioro cognitivo es igual en perros que en gatos?
Aunque comparten síntomas como la desorientación, los cambios en el sueño y la pérdida de hábitos, el deterioro cognitivo se manifiesta de manera distinta en cada especie e incluso entre individuos. En gatos, por ejemplo, puede observarse un aumento de vocalizaciones nocturnas, mientras que en perros es más frecuente la desorientación y la ansiedad por separación.
4. ¿Cómo diferenciar el deterioro cognitivo de otros problemas de salud en mi mascota mayor?
La única forma de diferenciar el síndrome de disfunción cognitiva de otras patologías es mediante una evaluación veterinaria exhaustiva. Muchas enfermedades propias de la edad, como la insuficiencia renal, problemas articulares o alteraciones hormonales, pueden producir síntomas similares, por lo que la observación clínica y las pruebas diagnósticas son imprescindibles.
5. ¿Qué puedo hacer si mi mascota mayor empieza a mostrar síntomas de deterioro cognitivo?
El primer paso es acudir al veterinario para descartar otras enfermedades y recibir un diagnóstico adecuado. A partir de ahí, tu implicación será clave: adapta su entorno, mantén la rutina, estimula su mente y cuerpo, y sigue las recomendaciones profesionales para que tu compañero tenga la mejor calidad de vida posible.

Acompañando a tu mascota en cada etapa: el valor de una atención especializada
El deterioro cognitivo es una realidad cada vez más frecuente en nuestros perros y gatos, y afrontarlo con información, empatía y acompañamiento profesional puede marcar la diferencia en su bienestar.
Si crees que tu mascota podría estar mostrando alguno de estos síntomas o tienes dudas sobre cómo cuidar de ella en la vejez, en el Hospital Veterinario Cantabria estamos a tu disposición para ofrecerte asesoramiento experto y atención personalizada en cada momento de su vida. Contacta con nosotros cuando lo necesites: estamos aquí para ayudarte a cuidar de quienes más quieres.
