Información general:
- Especie: Gata doméstica
- Sexo: Hembra esterilizada
- Edad: 5 años y 9 meses
Motivo de consulta:
Acude al Hospital Veterinario Cantabria Oli, una gata adulta esterilizada.
La tutora comenta que desde el año de edad, Oli presentaba una zona del iris del ojo derecho con cambio de coloración a marrón oscuro que, progresivamente, ha ido cambiando por completo.
Hace unos 6 meses, de forma repentina, perdió mucho peso y le realizaron un chequeo con analítica de sangre y ecografía abdominal con los que detectaron alteraciones hepáticas compatibles con inflamación, que con tratamiento mejoró.
Desde hace unos días nota que la pupila está rara y cree que ese ojo no es visual.
La gata está comiendo bien, se muestra activa y no presenta otros síntomas.

Exploración física:
Revisión general:
- Temperatura, frecuencia cardíaca y respiratoria normales
- Buen estado de hidratación
- No se detectan dolores ni bultos al palpar el abdomen
- Auscultación del corazón y pulmones sin alteraciones
Exploración oftalmológica:
Ojo derecho (afectado):
- Reflejo de amenaza y deslumbramiento presentes
- Reflejo fotomotor pupilar ausente.
- Se observa un iris de color marrón no uniforme, más oscuro lateralmente.
- La pupila tiene una forma irregular (discoria) con uniones a cristalino (sinequias posteriores)
- Hay un abombamiento visible en la mitad lateral del iris
- Hay signos de inflamación activa con disminución de presión ocular
- Fondo de ojo sin alteraciones.

Ojo izquierdo:
- Compatible con la normalidad.

Posible diagnóstico:
Tras valorar el aspecto del iris y la deformidad, el diagnóstico más probable es un melanoma uveal, un tipo de tumor intraocular bastante común en gatos adultos.
Este tipo de tumor suele empezar en el iris y puede extenderse dentro del ojo o, en algunos casos, a otros órganos.
Opciones de tratamiento:
Se conversó con la tutora sobre las distintas opciones:
- Vigilar la evolución (riesgo de que el tumor crezca o se disemine)
- Tratamientos con láser (posibles en fases muy tempranas y con equipos especiales)
- Enucleación (extracción quirúrgica del ojo afectado)
Dado el riesgo de progresión y el aspecto del ojo, la tutora optó por realizar la enucleación como medida curativa y preventiva.
Cirugía y diagnóstico definitivo:
- Se realizó la enunciación quirúrgica del ojo afectado, bajo anestesia general, mediante técnica transpalpebral.
- El globo ocular fue enviado al laboratorio para su análisis.
Resultados del laboratorio (biopsia):
El análisis confirmó el diagnóstico:
Melanoma difuso de iris intermedio.
- Tumor pigmentado originado en el iris
- No se observó que el tumor hubiera salido del ojo
El examen microscópico confirma la presencia de una proliferación melanocítica en este globo ocular, con características de melanoma difuso de iris.
Por su extensión dentro del globo ocular se considera un tumor intermedio.
Tumores intermedios y extensos se asocian a una supervivencia reducida.
Un estudio más reciente (Wiggans et ál., 2016) establece cuatro parámetros histológicos que se relacionan con una supervivencia reducida y una mayor probabilidad de desarrollar metástasis (recuento mitótico mayor de 7, necrosis dentro de la neoplasia, extensión extraescleral y extensión hacia la coroides).
En este tumor se observan uno de estos parámetros, el referente a la actividad mitótica.
Estos parámetros son acumulativos con respecto a la probabilidad de desarrollar metástasis.
Las metástasis pueden ocurrir en cualquier órgano, pero son más frecuentes en el hígado en comparación con el pulmón.
Las células atípicas están contenidas dentro de la túnica fibrosa, por lo que el tumor se considera completamente reseccionado con la enucleación.
Seguimiento:
Dos semanas después de la cirugía, la gata se encuentra en buen estado general, sin molestias y con buena cicatrización.
Se recomienda:
- Revisión veterinaria regular
- Ecografías abdominales y radiografías de tórax una vez al año para descartar metástasis (aunque el riesgo en este caso parece bajo)

Conclusiones:
El melanoma uveal es un tumor que puede desarrollarse lentamente y sin causar dolor evidente. Un simple cambio de color en el iris o una pupila anormal puede ser el primer signo de alerta.
La detección temprana y el tratamiento adecuado, como la enucleación, pueden salvar la vida del paciente y evitar complicaciones graves.
La confirmación mediante histopatología es esencial para el diagnóstico definitivo y pronóstico a largo plazo.
