Las fiestas navideñas traen consigo encuentros y celebraciones que fomentan el ruido y los fuegos artificiales. Si bien para las personas esto puede ser parte de la diversión, para perros, gatos y otras mascotas, estos estímulos pueden convertirse en una fuente real de estrés, miedo o incluso pánico. En el Hospital Veterinario Cantabria, cada año vemos cómo aumentan los casos de ansiedad y problemas de comportamiento en mascotas durante estas fechas. Entender por qué se produce esta reacción y cómo actuar a tiempo es fundamental para proteger el bienestar emocional y físico de nuestros animales de compañía.
¿Por qué el ruido y los fuegos artificiales afectan tanto a perros y gatos?
El sistema auditivo de perros y gatos es mucho más sensible que el humano. Ellos pueden oír frecuencias y sonidos lejanos o agudos que nosotros ni percibimos, lo que hace que cada explosión o petardo resulte para ellos mucho más amenazante. Desde una perspectiva evolutiva, el ruido repentino puede ser interpretado como peligro inminente, lo que activa el instinto de alerta y defensa: el animal experimenta taquicardia, hiperventilación, nerviosismo o necesidad de huir.
Además, muchos animales domésticos no entienden el origen ni el motivo de esos ruidos, lo que aumenta su sensación de indefensión. Algunas razas y personalidades son más propensas a la ansiedad, mientras que otros animales pueden desarrollar miedo a raíz de experiencias negativas previas. Los gatos suelen manifestar este temor escondiéndose, reduciendo la interacción y, a veces, desarrollando problemas físicos vinculados al estrés.
¿Qué síntomas indican que tu mascota sufre ansiedad por culpa de los ruidos?
El miedo o la ansiedad ante los ruidos pueden detectarse por cambios de comportamiento y síntomas físicos.
En perros, es común observar temblores, jadeos, salivación excesiva, intentos de esconderse o huir, ladridos o gemidos, pérdida de apetito, destrucción de objetos e incluso incontinencia.
En gatos, los síntomas incluyen esconderse en lugares poco habituales, disminución del apetito, acicalamiento excesivo, maullidos insistentes o problemas de eliminación. Algunos animales pueden presentar vómitos, diarrea o comportamientos compulsivos.
Reconocer estas señales permite actuar antes de que la ansiedad se consolide o agrave.
¿Cómo y cuándo preparar a tu mascota para el ruido y los fuegos artificiales?
La prevención es clave y debe empezar semanas antes de las fechas más señaladas. Si tu mascota ya ha mostrado sensibilidad a los ruidos en años anteriores, o es la primera vez que vivirá una Navidad en tu hogar, conviene anticiparse.
Una estrategia eficaz es la desensibilización progresiva: se expone a la mascota a grabaciones de fuegos artificiales, siempre a volumen bajo y en un entorno controlado, asociando los ruidos a juegos tranquilos, premios o momentos agradables. Este entrenamiento debe ser gradual y jamás forzado.
También resulta muy útil preparar un refugio seguro en casa: una habitación tranquila, con mantas, juguetes y objetos familiares, donde la mascota pueda resguardarse cuando comience el ruido. En gatos, es fundamental permitir el acceso a escondites y zonas elevadas.
¿Qué hacer durante los momentos críticos?
Cuando llega el momento del ruido y los fuegos artificiales (Nochebuena, Fin de Año, Reyes…), hay que minimizar el impacto y ofrecer a la mascota apoyo emocional y físico.
Cierra puertas, ventanas y persianas para atenuar el sonido exterior. El uso de música suave o ruido blanco puede ayudar a enmascarar los sonidos más estridentes.
Mantén las rutinas habituales en paseos, alimentación y juego para transmitir seguridad.
Durante el episodio, acompaña a tu mascota sin forzar la interacción: permítele buscar su refugio, no la obligues a estar cerca si no quiere, y nunca la regañes por mostrar miedo. Una actitud tranquila y previsible es el mejor apoyo.
Evita dejarla sola en casa en los momentos de más riesgo. En perros, pasea siempre con correa y arnés seguro antes de que empiecen el ruido y los fuegos artificiales; en gatos, extrema la seguridad en ventanas y puertas para prevenir fugas.
¿Qué herramientas pueden ayudar a reducir la ansiedad?
En muchos casos, las medidas ambientales y la prevención son suficientes, pero si tu mascota sufre un miedo intenso, hay herramientas veterinarias que pueden ayudar, aunque siempre deben usarse bajo supervisión profesional.
Las feromonas sintéticas en difusores, collares o sprays han demostrado eficacia para rebajar el nivel de estrés en perros y gatos.
Algunos suplementos naturales pueden contribuir a la relajación.
En animales con fobia severa, la medicación ansiolítica veterinaria puede ser necesaria, pero debe estar siempre prescrita y ajustada al caso por el veterinario, nunca por iniciativa propia.
Es muy importante anticipar la visita al veterinario si crees que tu mascota podría necesitar medicación. No esperes a los días previos a la Navidad: acude unas semanas antes para que el profesional valore el caso y, si es necesario, prescriba el tratamiento más adecuado y seguro. Esto permitirá planificar y ajustar la medicación sin prisas ni riesgos, y garantizar que la mascota esté correctamente protegida en las fechas críticas.
Combinar la modificación del entorno, la desensibilización, el refuerzo positivo y, si es necesario, el apoyo farmacológico, permite adaptar la estrategia a cada animal y situación.
¿Qué errores evitar y cuándo pedir ayuda profesional?
Nunca restes importancia al miedo de tu mascota pensando que “ya se le pasará”. La ansiedad por ruidos, si no se trata, tiende a empeorar y puede derivar en problemas de salud crónicos o fobias complejas.
Evita los remedios caseros sin aval veterinario y no automediques. No uses fármacos de personas ni aumentes dosis sin supervisión, ya que puedes poner en riesgo su vida.
Si tu mascota muestra signos graves de ansiedad, deja de comer, se autolesiona, huye o sufre síntomas físicos persistentes, acude cuanto antes a tu veterinario de confianza. Un abordaje profesional permite diseñar un plan adaptado y seguro, y mejora la calidad de vida de tu animal.
Preguntas frecuentes sobre cómo influyen el ruido y los fuegos artificiales en las mascotas
1. ¿Es posible prevenir totalmente el miedo al ruido y los fuegos artificiales?
Trabajar la desensibilización desde cachorro y socializar correctamente ayuda mucho, pero la sensibilidad individual y experiencias previas influyen: algunos animales seguirán teniendo miedo, aunque este puede reducirse.
2. ¿Sirven las feromonas y suplementos naturales para todos los casos?
No, su eficacia es variable y depende del grado de ansiedad y de la respuesta individual. En fobias graves suelen ser solo un apoyo y es necesario combinar varias estrategias.
3. ¿Debo dejar la radio o la televisión puesta cuando empiecen el ruido y los fuegos artificiales?
Sí, el sonido ambiente ayuda a enmascarar los ruidos, pero no sustituye a un refugio seguro ni al trabajo previo de prevención. Evita dejarla sola en casa en los momentos de más riesgo.
4. ¿Qué hago si mi mascota huye?
En perros, pasea siempre con correa y arnés seguro antes de que empiecen el ruido y los fuegos artificiales; en gatos, extrema la seguridad en ventanas y puertas para prevenir fugas. Si escapa, contacta rápidamente con los servicios de emergencia y ten siempre la identificación de tu mascota actualizada.
5. ¿Cuándo consultar al veterinario?
Siempre que la ansiedad interfiera con la vida diaria, se agrave, o cause problemas físicos o conductuales. El veterinario puede diseñar un plan a medida para tu mascota.
Navidad sin miedo: cuidar el bienestar de tu mascota
El miedo al ruido y los fuegos artificiales no es un capricho, sino una reacción real y a menudo incapacitante para muchos animales.
La prevención, el acompañamiento y el asesoramiento veterinario marcan la diferencia.
Si tienes dudas o necesitas un plan adaptado, confía siempre en tu veterinario, te ayudará a velar por el bienestar de tu mascota.
